Como ya comente antes, "estoy" de nuevo con un piscis. Digo estoy y no estamos porque si, según parece estoy yo sola. El no.
Cuando me queje del piscis antes que dije? Que eran inseguros, acosadores, demandantes, incluso molestos. Bien, con este nuevo piscis, podemos decirle piscis reloaded, yo estaba preparada para otro maniático, del cual me cansaría a los pocos días. Pero no. No todo lo que brilla es oro. Y no, no me canse.
Cuando me entere que el infeliz que me quita el sueño era un piscis, un montón de sentimientos claramente desencontrados me invadieron. Ira, mucha ira. Pánico, resignación (pensé que tenia un imán para los piscis) y sobretodo miedo. Muchísimo miedo. Un piscis solo asusta, un piscis con otro piscis aterra, juntos son una bomba de tiempo.
Yo quería realmente alguien que me ande atrás como cachorrito todo el día? Según parece si, si lo quería. Y ahora este piscis, me vuelve loca. Porque no se comporta como se tendría que comportar. Flaco, perseguime. Intimidame. Rogame. Acosame, por favor acosame.
Me indigna que un hombre no me haga caso. Y vos me ignoras de forma tan violenta que hasta casi me duele.
Pero si, indiscutiblemente, hay una característica de un típico piscis que mantenés. La bipolaridad. Hasta hace 2 o 3 días era una charla constante. Hasta me estaba empezando a asustar. Ahora no se que te paso. Paraste. Cuando en realidad nadie te pidió que pares.
Hoy me di cuenta que ya fue. Hoy digo basta para mí. Hoy no te hablo más. Hasta mañana, ¿no?
No, a mi un chico como yo no me gana. Yo voy a ser la villana de tu cuento, voy a destruir tu mundo rosa. Yo te voy a patear el castillo como si no fuera más que de arena.
Estoy dispuesta a ganarte como sea.