Los librianos por naturaleza son equilibrados y constantes. El que me toco a mi, claramente no lo era, ni cerca estuvo de serlo.
El, un día me quería, y me proponía el mundo, cuando al otro era una mas del montón. Creo que nunca lo supe entender del todo a este muchacho. Se le notaba que vivía en una búsqueda por su preciado equilibrio mental, quizás, el mayor problema, es que yo no soy una persona con la cual se pueda realizar una búsqueda tan profunda. Pero, en este caso, no estamos hablando de mi.
Lo que note muchas veces es también su falta de personalidad. Es una copia de alguien, o de algo que le gustaría ser. Nunca voy a saber si todas sus supuestas cosas predilectas le gustaban en serio, o solamente eso era la resaca de lo que le quedaba de la persona a la cual estaba imitando. Al ser una persona tan fácilmente influenciable, se torna débil, quiero decir, que su voluntad se vuelve vulnerable. En un primer momento, tiene sus ideales fijos, pero después de un breve lapso de tiempo, termina queriendo lo que el resto quiere, y hasta acaba anhelándolo con fervor.
Es una persona que trata de ser justa, pero cuando digo trata, quiero decir que es justo solo cuando le conviene. No es que busque la justicia, busca el propio regocijo de autoproclamarse justo. Siempre le busca la quinta pata al gato.
Tiene baja autoestima, no se sabe apreciar a el mismo, suele creer que esta por debajo de los demás. En sus arranque de confianza excesiva, pierde todo lo que había podido sembrar antes. No busca lo que el mismo se pide, busca lo que los otros quieren que el busque, y así, termina perdiendo. No lucha por lo que el desea. Y una vez la batalla ya perdida, se arrepiente de no haberla peleado.
Igual, creo que si, por X o por Y no se iba todo por la tangente, podríamos haber funcionado. O mínimanente, tirado un par de meses juntos.
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